Durante los acontecimientos de God of War II, después de que Kratos adquiere las alas de Ícaro, se encuentra unas pocas salidas de aire en su aventura. Rejillas de metal con vapor de gran alcance del viento solpla fuera de ellas, casi siempre colocadas en el suelo. Kratos utiliza las salidas de aire para ganar altura con las alas de Ícaro. Son estos respiraderos los que le permitierón abrirse paso a través del Palacio de los Hados, la derrota del Kraken, y llegar a muchos otros lugares.
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